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Metadona tabletas

DESCRIPCIÓN:
La metadona es un opioide sintético utilizado para tratar el dolor y como terapia de mantenimiento, además de como fármaco para ayudar en la desintoxicación de personas dependientes de otros opioides u opiáceos.

COMPOSICIÓN:
Cada tableta contiene clorhidrato de metadona 40 mg. Excipientes, c.s.p. 1 tableta.

CÓDIGO ATC:
N02AC52.

INDICACIONES TERAPÉUTICAS:
La metadona se utiliza en el tratamiento del dolor de moderado a severo, agudo y crónico, puede emplearse en los pacientes que experimentan exacerbación del dolor con otros opioides.
También se usa en el tratamiento de la dependencia de opiáceos.
Debido a su acción depresiva sobre el centro de la tos y se puede utilizar como antitusígeno en las enfermedades terminales.

FARMACOCINÉTICA Y FARMACODINAMIA:
Absorción:
la metadona se absorbe rápidamente en el tubo digestivo tras su administración oral, se han registrado concentraciones plasmáticas máximas a las 1-5 horas.
Distribución: este fármaco se distribuye ampliamente en tejidos, difunde a través de la barrera placentaria y se ha detectado en la leche materna. Su unión a proteínas plasmáticas es de aproximadamente 60-90%, siendo la glucoproteína ácida alfa-1 la principal, y su vida media es de 15-30 horas, la cual puede incrementarse con el uso de dosis repetidas debido a los efectos acumulativos.
Metabolismo: con la biotransformación hepática de metadona se obtienen sus principales metabolitos resultado de la N-desmetilación y ciclización, que forma pirrolidinas y pirrolina.
La principal enzima encargada del metabolismo de este principio activo es la CYP3A4, aunque existen otras isoenzimas que pueden participar en dicho proceso.
Excreción: su eliminación es predominantemente renal y se puede incrementar cuando la orina es ácida. Fracciones restantes son eliminadas por la bilis detectándose pequeñas cantidades del fármaco.
Mecanismo de acción: la metadona es un potente agonista de los receptores opioides μ. Los receptores opioides incluyen μ (mu), kappa y delta, éstos fueron reclasificados por un subcomité de la Unión Internacional de Farmacología como OP1 (delta), OP2 (kappa) y OP3 (μ). La proteína G se une a esos receptores que además tienen la función de moduladores, positivos y negativos, la transmisión sináptica vía proteína G es activada por proteínas efectoras. El sistema proteína G está conformado por adenilciclasa, adenosín monofosfato cíclico (AMPc), fosfolipasa 3, C (PLC) inositol 1, 4, 5 trifosfato. Los isómeros de la metadona se diferencian en sus afinidades para los receptores del opioide.
El isómero R- de la metadona tiene una afinidad más alta para los receptores μ1 y μ2 que la S-metadona. La R metadona tiene un patrón obligatorio de receptor similar a la morfina y la S-metadona no contribuye a los efectos de la metadona racémica. Los isómeros de la metadona y racematos tienen afinidades bajas para los receptores delta y kappa.

REACCIONES ADVERSAS:
Las reacciones adversas más frecuentemente observadas con metadona son mareos, sedación, náuseas y vómito.
Otros efectos adversos incluyen: confusión mental, somnolencia, letargia, disminución de las habilidades psíquicas y mentales; ansiedad, delirio, cambios del estado emocional, espasmo uretral y del esfínter vesical; retención urinaria, prurito, erupción cutánea y depresión respiratoria. El uso prolongado de metadona puede causar estreñimiento con mayor frecuencia que otros opioides.
Las reacciones adversas cardiovasculares que se pueden presentar son: arritmias, bigeminismo, bradicardia, extrasístoles, taquicardia, torsades de pointes, fibrilación ventricular, taquicardia ventricular, anormalidades electrocardiográficas tales como prolongación el intervalo Q-T, inversión de la onda T, cardiomiopatía, paro cardiaco, hipotensión, palpitaciones, flebitis y síncope.

PRECAUCIONES Y ADVERTENCIAS:
La metadona debe utilizarse con precaución en pacientes ancianos y debilitados en personas con alteración de la función renal y hepática; enfermedad de Addison, hipotiroidismo e hipertrofia prostática. Metadona suprime el reflejo de la tos, por lo que se debe poner especial atención al utilizarlo durante el periodo postoperatorio y en enfermedad pulmonar.
Este medicamento puede disminuir las habilidades para la operación de maquinaria, conducción de vehículos y otras actividades que requieren movimientos rápidos y precisos.
La metadona puede causar dependencia a fármacos del tipo morfina y, por lo tanto, tiene el potencial para que exista un abuso durante su uso. La dependencia psíquica, física y la tolerancia puede desarrollarse con la administración repetida de Metadona. Este fármaco debe ser prescrito y administrado apropiadamente con el mismo grado de precaución utilizado durante el uso de morfina.

CONTRAINDICACIONES:
No se administre metadona en personas con antecedentes de hipersensibilidad a la metadona.
Como con otros analgésicos opioides, el uso de metadona debe evitarse en los siguientes casos:
En todos los eventos que presenten depresión respiratoria.
En traumatismo craneoencefálico e hipertensión intracraneal ya que la metadona puede incrementar la presión intracraneal, enmascarando el cuadro clínico del TCE.
No administrarse en casos de dolor abdominal agudo, ya que la metadona tiene acciones sobre el músculo liso, a nivel gastrointestinal, que modifican la motilidad y el tono, por lo tanto, en los casos de dolor abdominal agudo puede enmascarar el diagnóstico y el curso de la enfermedad.
Además, la metadona está contraindicada en casos de intoxicación etílica aguda, delirium tremens y en combinación con medicamentos depresores del sistema nervioso central (SNC).
De igual manera, el uso de metadona durante el embarazo y la lactancia está contraindicado.

INTERACCIONES:
El uso concomitante de metadona con medicamentos depresores del SNC y/o alcohol puede exacerbar los efectos depresores sobre éste.
La combinación de agentes que tienen actividad anticolinérgica con metadona puede incrementar el riesgo de distensión abdominal grave, pudiendo aparecer íleo paralítico y/o retención urinaria.
Puesto que el metabolismo de la metadona es mediado sobre todo por la isoenzima CYP3A4, la coadministración de los fármacos que inhiben la actividad CYP3A4, como azoles (por ejemplo, ketoconazol) puede causar una depuración disminuida de la metadona. Los resultados clínicos previstos serían la prolongación de los efectos del opioide.
Los inhibidores de la monoamino oxidasa (MAO) pueden aumentar el riesgo de hipertensión o hipotensión arterial, depresión respiratoria y colapso cardiovascular.
Los antihipertensivos y diuréticos pueden causar hipotensión arterial cuando se combinan con metadona.
Los inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina (ISRS), como la fluoxetina y la fluvoxamina, pueden reforzar los efectos de algunos analgésicos opiáceos; por tal motivo, aumentan la toxicidad de la metadona.
Los acidificantes urinarios pueden incrementar la eliminación de metadona, disminuyendo en consecuencia los niveles plasmáticos con lo que se favorece la aparición del síndrome de abstinencia.
Anticonvulsivantes como la fenitoína y fenobarbital pueden incrementar el metabolismo de metadona, pudiendo precipitar el síndrome de abstinencia a los narcóticos en pacientes farmacodependientes.
La metadona se metaboliza en el hígado a metabolitos inactivos por acción del sistema oxidasa de función mixta; así pues, es probable que existan interacciones con los inductores enzimáticos. Se han descrito síntomas de abstinencia en pacientes mantenidos con metadona al recibir antibióticos como la rifampicina.
La metadona aumenta las concentraciones plasmáticas de algunos antivirales como la zidovudina. Existen datos indicativos de que el nelfinavir o el ritonavir pueden reducir las concentraciones plasmáticas de metadona; el indinavir y el saquinavir no ejercen efectos sobre los niveles plasmáticos de metadona. Se ha descrito que la nevirapina reduce las concentraciones plasmáticas de metadona y han aparecido síntomas de abstinencia cuando se administró a pacientes que recibían metadona. Se ha observado una interacción similar al administrar efavirenz junto con metadona.
Los pacientes adictos a la heroína que se encuentran dentro de programas de desintoxicación con metadona pueden experimentar síntomas de abstinencia a los narcóticos con el uso de pentazocina.

RESTRICCIONES DE USO DURANTE EL EMBARAZO Y LA LACTANCIA:
De acuerdo a la FDA se considera clasificada en categoría C.
No se han realizado estudios controlados en mujeres embarazadas; sin embargo, no se recomienda utilizar metadona en estos casos, ya que pudiera causar síndrome de abstinencia a los narcóticos en el recién nacido. No se justifica su uso como analgesia obstétrica por el riesgo potencial de causar depresión respiratoria en el neonato, especialmente cuando se utilizan dosis altas.
La metadona se distribuye a la leche materna. Si el uso de metadona durante el periodo de lactancia es necesario, se recomienda suspender la lactancia.

SOBREDOSIFICACIÓN Y TRATAMIENTO:
Los casos graves de sobredosificación con metadona están caracterizados por depresión respiratoria, somnolencia que pudiera progresar a estupor o coma, flacidez musculoesquelética, piel húmeda y fría y en algunas situaciones se puede hacer presente bradicardia e hipotensión arterial. Con sobredosis severas se ha presentado apnea, colapso circulatorio, paro cardiaco y muerte.
El manejo inmediato debe dirigirse al soporte de la función cardiorrespiratoria.
La reposición de líquidos es necesaria para mejorar la hipotensión arterial. Se deben utilizar medicamentos vasopresores cuando así esté indicado.
Cuando esté indicado, se debe utilizar ventilación asistida para dar un soporte pulmonar adecuado. En casos de intoxicación severa se debe realizar preferentemente hemodiálisis o diálisis peritoneal.
La naloxona es un antagonista de los narcóticos opioides. Dosis de 0.4 a 2 mg administrados por vía intramuscular o intravenosa son requeridas para revertir los efectos de metadona. Hay que tomar en cuenta que la duración de acción de naloxona es menor a la de metadona, por lo que puede necesitarse repetir la dosis del antagonista a intervalos inclusive de 2 a 3 minutos en casos graves.
También se recomienda nalmefeno, un antagonista específico de los opioides derivado de la naltrexona que tiene propiedades parecidas a la naloxona, con la diferencia de que la duración de acción es más prolongada. La dosis inicial recomendada para el manejo de la sobredosificación por metadona en personas no adictas es de 0.5 mg/70 kg de peso, seguidas de una segunda dosis de 1.0 mg/70 kg de peso si es necesario cada 2 a 5 minutos. En pacientes adictos o sospechosos se recomiendan dosis de 0.1 mg/70 kg de peso. Si no hay datos sugestivos de deprivación a los 2 minutos, se debe continuar con las dosis recomendadas.

DOSIFICACIÓN Y VÍA DE ADMINISTRACIÓN:
Vía de administración: oral.

La dosis analgésica de metadona se obtiene con 10 mg, o dosis menores de hasta 2.5 mg administrados a intervalos de 3 a 8 horas, según la intensidad del dolor, ajustando las dosis según la respuesta. Para evitar el riesgo de acumulación y sobredosis, se recomienda que en el uso prolongado no se administre más de 2 veces al día.

En el tratamiento de la abstinencia a opiáceos, o de la desintoxicación, se puede administrar inicialmente una dosis diaria de 10 a 20 mg de hidrocloruro de metadona por vía oral, que se aumentará, según las necesidades, en 10 a 20 mg al día hasta que no existan signos de abstinencia o de intoxicación. Tras la estabilización, que a menudo se consigue con una dosis diaria de 40 a 60 mg, se disminuye gradualmente la dosis de metadona hasta suprimirla totalmente.

Pacientes con insuficiencia hepática: la dosis se debe ajustar basándose en la respuesta clínica, pero no hay recomendaciones cuantitativas disponibles.

Pacientes con insuficiencia renal: puede ser necesaria la modificación de la dosis dependiendo de respuesta y de las manifestaciones clínicas de insuficiencia renal, aunque no hay recomendaciones cuantitativas disponibles.

Modo de empleo: disolver cada tableta previamente en 120 mL de agua o jugo de naranja (3 o 4 onzas), mezclar bien e ingerir. Si se presenta malestar estomacal, puede administrarse junto con los alimentos o leche.

PRESENTACIÓN:
Caja conteniendo 10 blísteres de 10 tabletas.

RECOMENDACIONES SOBRE ALMACENAMIENTO:
Consérvese en lugar fresco y seco a no más de 30°C.
Protéjase de la luz.

LEYENDAS DE PROTECCIÓN:
Mantener este y todos los medicamentos fuera del alcance de los niños.

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Método de venta común

Con receta médica.
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