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Morfina solución inyectable

DESCRIPCIÓN:
El sulfato de morfina es un potente analgésico utilizado para el alivio del dolor agudo o crónico moderado o grave, y también se utiliza como sedante pre-operatorio y como suplemento a la anestesia general.

COMPOSICIÓN:
Cada mL contiene sulfato de morfina equivalente a morfina 10 mg. Excipientes, c.s.p. 1 mL.

CÓDIGO ATC:
N02AA01.

INDICACIONES TERAPÉUTICAS:
La morfina está indicada para el alivio del dolor agudo o crónico, de moderado a severo, ocasionado por cáncer (fase pre-terminal y terminal) o por infarto agudo al miocardio. En el control del dolor postoperatorio, en pacientes politraumatizados y en aquellos con quemaduras.

FARMACOCINÉTICA Y FARMACODINAMIA:
Absorción: después de su administración intramuscular o intravenosa, el sulfato de morfina se absorbe en forma rápida, con una latencia de aproximadamente 5-15 minutos. Por la vía epidural se absorbe rápidamente, con perfiles de absorción y concentración plasmática muy parecidos a los producidos por la administración intramuscular e intravenosa.
Distribución: la morfina se une aproximadamente en 20 a 30% a las proteínas plasmáticas. Aunque el sitio primario de acción de la morfina es el sistema nervioso central, sólo pequeñas cantidades atraviesan la barrera hematoencefálica. Tras su administración intravenosa, las concentraciones plasmáticas de la morfina suelen ser mayores que las alcanzadas en el líquido cerebroespinal. Tras su administración epidural, las concentraciones en el líquido cerebroespinal suelen ser 40 a 100 veces mayores que las plasmáticas. La morfina se distribuye a los riñones, pulmones, hígado, vías intestinales, bazo y cerebro. Sin embargo, no se observa la persistencia de altos niveles tras la descontinuación del fármaco. La morfina atraviesa la barrera placentaria. Tras la administración epidural de 3 mg de morfina, se obtienen concentraciones plasmáticas máximas de 33-40 mg/mL en un lapso de 10 a 15 minutos.
Metabolismo: los principales metabolitos de la morfina son el M3G y M6G (morfina-3-glucurónido y morfina-6-glucurónido). El M3G es el principal metabolito de la morfina; además de ser inactivo, parece antagonizar el efecto analgésico de la morfina. En contraste el M6G resulta activo, e incluso muestra mayor potencia que la morfina.
Eliminación: la excreción de los metabolitos se realiza por la vía renal. Al contrario de lo que ocurre en la insuficiencia hepática, en la que gracias a la conservación de la capacidad de conjugación (característica del metabolismo hepático) no se observan modificaciones sustanciales de la farmacocinética de la morfina, la insuficiencia renal favorece la acumulación de los metabolitos sin afectar prácticamente la correspondiente a la morfina.
Mecanismo de acción: la morfina produce analgesia mediante la interacción con los receptores opioides en el sistema nervioso central. Los opioides interactúan con sitios de unión estereoespecíficos en el SNC y otros tejidos, cuya mayor densidad se encuentra en el sistema límbico, el tálamo, hipotálamo, el mesencéfalo y la médula espinal. Sus efectos pueden resultar en mimetización de las acciones de las encefalinas, betaendorfinas y otros ligandos que ocupan los mismos sitios de unión. Esas acciones parecen involucrar alteraciones en la velocidad de liberación de neurotransmisores. En el sistema nervioso, los opioides inhiben la liberación de acetilcolina, noradrenalina y sustancia P.

REACCIONES ADVERSAS:
De acuerdo con la dosis y susceptibilidad de los pacientes, puede ocasionar depresión respiratoria, dependencia física o adicción psicológica, tolerancia, somnolencia, confusión, delirium, euforia, disforia, náuseas, vómito, estreñimiento, aumento de la presión intracraneana, efectos cardiovasculares (bradicardia, hipotensión), prurito y, más raramente, fenómenos de hipersensibilidad acompañados de urticaria, rash y reacciones anafilactoides; además, puede causar pérdida del equilibrio.

PRECAUCIONES Y ADVERTENCIAS:
La administración espinal de la morfina puede favorecer la generación de una analgesia más prolongada, en comparación con la administración intravenosa, intramuscular y subcutánea; sin embargo, los efectos adversos centrales, y en particular la depresión respiratoria tardía, se han asociado con la utilización de esta vía, debido a la gran circulación de los plexos venosos epidurales.
En pacientes con enfermedad valvular aórtica o enfermedad coronaria, vasodilatación periférica y disminución de la presión al final de la diástole. Pacientes con hipotiroidismo e insuficiencia renal. La aparición de íleo paralítico durante la administración de morfina requiere suspensión del analgésico.
La administración de morfina en pacientes debilitados, ancianos y en niños menores de 7 años deberá realizarse con extrema precaución y bajo prescripción de un médico familiarizado con el uso de morfina.
La administración de la morfina puede producir hipertonicidad de la musculatura lisa provocando cólico biliar, dificultad para la micción y retención urinaria. Los pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica o crisis asmática pueden desarrollar insuficiencia respiratoria aguda, la cual puede antagonizarse con naloxona.
Este medicamento puede afectar el estado de alerta, por lo que no deberá conducir vehículos automotores ni maquinaria pesada durante su uso.

CONTRAINDICACIONES:
El sulfato de morfina está contraindicado en pacientes: hipersensibles al principio activo, con depresión respiratoria (saturación de O2 menor al 80%), obstrucción de las vías aéreas, íleo paralítico u obstrucción intestinal. Infección en el sitio de la aplicación epidural o intratecal o su aplicación simultánea con anticoagulantes.

INTERACCIONES:
Se han reportado interacciones con depresores del sistema nervioso central (alcohol, sedantes, antihistamínicos, antidepresivos inhibidores de la monoamino oxidasa, tricíclicos, fenotiacina y butirofenonas), los cuales pueden potenciar sus efectos. Además, los relajantes musculares intensifican los efectos depresores. La administración concomitante con neurolépticos incrementa el riesgo de depresión respiratoria.

RESTRICCIONES DE USO DURANTE EL EMBARAZO Y LA LACTANCIA:
El empleo o administración de morfina durante el embarazo o la lactancia está contraindicado.

SOBREDOSIFICACIÓN Y TRATAMIENTO:
Las principales características clínicas de una sobredosis incluyen depresión respiratoria que puede conducir al paro respiratorio, coma e hipotensión. La sobredosificación leve involucra síntomas como náuseas, vómito, temblor, miosis, disforia, hipertermia, hipertensión, confusión y sedación. El manejo de la sobredosificación incluye apoyo ventilatorio y administración de naloxona (0.4 mg) y su repetición a intervalos de 10 a 15 minutos hasta una dosis máxima de 1.2-1.6 mg y/o nalbufina (0.4 a 2.0 mg) con intervalos de 2 a 3 minutos, con una dosis máxima de 10 a 20 mg.

DOSIFICACIÓN Y VÍA DE ADMINISTRACIÓN:
Vía de administración: parenteral (intravenosa, intramuscular, subcutánea, epidural, intraventricular y subaracnoidea).

La administración parenteral de la morfina podrá ser: intramuscular o subcutánea: 10 mg cada 4 horas (inicio). El intervalo de dosis es de 5-20 mg cada 4 horas (en adultos).
Intravenosa: 2.5-15 mg. En el sistema de analgesia controlada por el paciente (bombas de PCA), se iniciará con un intervalo de dosis de 10-60 microgramos/kg, y después en una infusión calculada en un intervalo de 0.5-10.0 mg/h.
Infarto agudo al miocardio: 2-15 mg. En algunos casos de pacientes con disnea (pacientes en fase terminal), podrán utilizarse hasta 2.5 mg vía subcutánea cada 4 horas, o bien por vía inhalada utilizando 20 mg (2 ml) en 3 ml de solución fisiológica y micronebulizar cada 4 horas.
Angina inestable: 2-5 mg repetidos cada 5 o 30 minutos.
Dolor crónico asociado con cáncer: las dosis deberán ser individualizadas de acuerdo con la respuesta y la tolerancia del paciente.
Infusión continua intravenosa: 0.8-10 mg/h. El intervalo de dosis en niños sólo será prescrito por un experto del dolor en niños.
La administración de la morfina por las vías antes mencionadas requiere un inicio con la dosis de acuerdo con el tipo de dolor nociceptivo y a la intensidad del dolor; ha de incrementarse la dosis paulatinamente de acuerdo con la respuesta del paciente e implementando como dosis de mantenimiento las dosis mínimas efectivas de acuerdo con la ventana terapéutica. La morfina deberá ser administrada por personal médico capacitado.
Epidural (en la región lumbar): iniciar con 5 mg. En caso de obtener el alivio analgésico deseado después de 1 hora, aumentar de 1 a 2 mg, hasta un máximo de 10 mg en 24 horas.
Subaracnoidea: de 200 mcg (0,2 mg) a 1 mg como dosis única. Se recomienda no usar dosis repetidas a través de esta vía. Es recomendable iniciar con dosis bajas e incrementar paulatinamente hasta lograr controlar el dolor. La morfina deberá ser administrada por personal familiarizado con el manejo de la depresión respiratoria y en un medio que cuente con equipo para reanimación, oxígeno y un antagonista opioide (naloxona). Cuando se usa la vía epidural o subaracnoidea, el paciente debe ser vigilado durante al menos 24 horas.

PRESENTACIÓN:
Caja conteniendo 25 ampollas de 1 mL.

RECOMENDACIONES SOBRE ALMACENAMIENTO:
Consérvese en lugar fresco y seco a no más de 30°C.
Protéjase de la luz.

LEYENDA DE PROTECCIÓN:
Mantener este y todos los medicamentos fuera del alcance de los niños.

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Método de venta común

Con receta médica.
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